Un zafú o zafu es un cojín redondo que sirve para meditar, normalmente rellenos de cáscara de trigo sarraceno, cáscara de espelta o miraguano. Se suele utilizar en momentos de meditación y relajación, así como para algunas posturas o como asiento en clases de yoga.
Para la práctica de la meditación no es imprescindible el uso de un zafú, ya que también se puede meditar sentado en una silla, sentado directamente en el suelo o incluso caminando, si bien, se recomienda su uso con la finalidad de obtener una buena postura, mayor comodidad y evitar molestias en la espalda, cervicales, cadera y piernas.
Los orígenes del zafú
Según cuentan, el zafú lo inventó Buda cuando se fabricó un cojín de hierbas secas para poder sentarse cómodamente para meditar, si bien otras fuentes afirman que los orígenes proceden de la China y se trasladó a Japón.
Zafú o Zafu (座蒲) es una palabra japonesa que significa asiento fabricado de espadaña (planta herbácea con la que se fabricaban originariamente) Za (座) significa asiento, y fu (蒲) significa espadaña. Los zafús comienzan a popularizar su uso gracias a la meditación zen, y de ahí se extienden por todo el mundo.
Las formas del zafú
Los zafús tienen un diámetro que suele ir de 30-35 cm de diámetro y de 15-20 cm de altura. Las forma más común es la circular y en segundo término los de media luna.
Los zafús redondos son los tradicionales y son los más utilizados durante la práctica de la meditación. Si eres una persona de estatura estándar podrás utilizar perfectamente un zafú de 17cm de altura, sin embargo, si estás muy cercano/a a los 2m, podrás utilizar tanto uno de 17 como uno de 20cm de altura.
Los zafús de media luna suelen ser más pequeños, más rígidos y menos moldeables que los redondos y suelen tener cierta inclinación.
Los mejores rellenos para un zafú
Es muy importante que un zafú esté fabricado de materiales naturales, así su interior se recomienda que sea de cáscara de trigo sarraceno o de cáscara de espelta (a ser posible de origen ecológico y tratados térmicamente). Estos materiales permiten una gran adaptación al cuerpo, consiguiendo una postura ideal. Las telas tienen que ser de algodón resistente, el exterior se recomienda de loneta de algodón, ya que ofrece mejor resistencia y menor desgaste.
Tanto la cáscara de trigo sarraceno como la cáscara de espelta son muy ligeras, transpirables y se adaptan perfectamente al cuerpo, una sensación similar a sentarse sobre la arena de la playa.
El relleno interior ha de poder sacarse y meterse a través de una cremallera. En ocasiones se puede extraer para poder ajustar el grado de confort en función del gusto de cada usuario/a. En ocasiones y en función del uso, con el tiempo se puede renovar el relleno interior.
El relleno del zafú ha de ser denso, para no hundirte, y tener una altura adecuada (no menos de 15cm) para que resulte confortable durante un tiempo prolongado. Es importante que tus rodillas estén siempre más bajas que tus caderas, el zafú te facilitará obtener esta postura.
Un uso muy frecuente el zafú puede provocar que el relleno pierda algo de consistencia que suele recuperarse si “amasamos” el cojín antes de comenzar una sesión. Con el paso de los años, también podemos optar por substituir una parte o la totalidad de su relleno. En savasana.es tenemos rellenos de 1kg o rellenos de 2kg, ideales para zafús y todo tipo de cojines.
Zafús con fundas lavables
Los zafús suelen tener dos telas, una interior que contiene el relleno y una exterior (de mayor resistencia) como funda. Tanto la funda interior como la exterior suelen tener cremallera. La funda exterior suele tener una cinta para poder trasladar el zafú de manera cómoda. Se recomienda que las telas sean 100% algodón y permitan lavarse a mano o a máquina.
¿Cómo sentarse correctamente en un zafú?
En un zafú circular, la mejor manera de sentarse en un zafú consiste en sentarse en un espacio que va de ¼ parte a la ½ del zafú. No nos sentaremos como lo haríamos en una silla tradicional, ya que no nos permitiría obtener la postura adecuada. El zafú permite bascular la pelvis hacia adelante y conseguir así, una postura lumbar correcta y estable. El objetivo es encontrar una postura cómoda que nos permita alargar la espalda sin llegar a estar tensos o rígidos. La espalda debe estar recta y los isquiones deben estar sobre el zafú, mientras que las rodillas quedarán sobre la esterilla, suelo o zafutón.
Una postura muy frecuente incluye cruzar las piernas en la posición de logo, con la columna vertebral recta y las manos sobre los muslos o rodillas. También se puede utilizar la postura Siddhasana o postura perfecta, que incluye cruzar las piernas y el talón más cercano al cuerpo debe tocar el zafú y el otro talón tocará la esterilla o suelo.
Respecto a los ojos, las personas muy entrenadas en la meditación pueden llegar a practicarla con los ojos abiertos, pero resulta más sencillo con los ojos cerrados o semi cerrados. Los ojos cerrados ayudan a bloquear los estímulos visuales externos y por lo tanto, evita distracciones y potencia un enfoque correcto de tu mente. Si ves que cerrando los ojos tiendes a quedarte dormido/a, puedes mantener los ojos entreabiertos.
Una vez sentados en el zafú, deberemos relajar los músculos, nuestro ritmo cardíaco irá descendiendo progresivamente, incrementaremos la capacidad de concentración, nos bajará la tensión arterial y podremos realizar una meditación tranquila.
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